Español
“Lleven una vida digna del llamamiento que han recibido” [Efesios 4:1]. Y ¿qué es nuestro llamamiento? ¿Coger serpientes en nuestras manos y beber veneno mortal?
Jesús nunca hizo estas cosas. ¿Por qué dice que nosotros debemos? Y si Jesús no quiere que literalmente hagamos estas cosas, ¿qué es lo que quiere que hagamos?
La mordida de una serpiente inflige la muerte. Cristianos son los que no han sido infectados por la muerte; que no usan la violencia y la muerte para para resolver sus problemas: la ejecución de criminales, el aborto, la guerra, el abuso, la violencia doméstica. Cristianos son los que no han sido envenenados por la cultura de muerte.
En tiempos antiguos, se creía que, para comprobar la verdad del testimonio de uno, esta persona tenía que beber veneno. Si su testimonio era verdadero, el veneno no le haría daño. Si era falso, pues moriría. Hoy en día sabemos que no es una prueba confiable, pero lo que Jesús está diciendo es que los cristianos con personas de la verdad, la integridad, la sinceridad, y que su palabra es confiable y verdadera.
Antes de que podamos echar demonios, hay que reconocer qué es un demonio. ¿Una creatura con cola, cuernos, y horca? ¿O reconocemos la maldad de los demonios de la pobreza y el racismo, la violencia y el abuso, el hambre y la opresión? Éstas son maldades; son demonios, y los cristianos se dedican a expulsarlos.
Muchos de nosotros hablamos “nuevas lenguas” con que podemos hablar con más gente. La lengua de los cristianos es el lenguaje de la Buena Nueva, el lenguaje del diálogo y la comunicación, del cariño y el amor. Cristianos hablan con esta lengua nueva.
Aunque algunos dicen que tienen el poder de sanar un cuerpo enfermo o dañado, la gran mayoría de nosotros no podemos, pero sí podemos sanar por otras maneras: escuchar, aconsejar, perdonar. Podemos sanar divisiones, hacer la paz, reconciliarnos. Los cristianos sanan.
Entonces, no echamos arsénico en nuestro café y no guardamos víboras como mascotas, pero echar la maldad y restaurar la bondad, tumbar barreras y aceptar a otros, sanar relaciones y defender la vida son verdaderas señales que acompañan a los que hayan creído.
English
‘Live in a manner worthy of the call you have received” [Ephesians 4:1]. And what is it that we are called to do? Pick up serpents with our hands and drink deadly poison?
Jesus never did these things, so why does he say we should? And if he doesn’t really mean for us to pick up snakes and drink poison, what does he mean?
A serpent’s bite inflicts death. Christians are those who have not been bitten by the culture of death, which resorts to violence and death as a solution to our problems: capital punishment, abortion, war, abuse, domestic violence. Christians are not infected by the culture of death.
In times past it was believed that a way to prove the truth of someone’s testimony was for them to drink poison, and if the person survived, their testimony was true, and if they died, their testimony was false. Needless to say, we no longer believe this, but they did in Jesus’s day, so what he is saying is that Christians are people of truth and integrity, sincerity and honesty. Their word is trustworthy.
Demons: first, we must recognize a demon before we can drive one out. Are we looking for creatures with horns and tails and pitchforks? Or do we recognize demons of poverty and racism, violence and abuse, hunger and oppression? These are evil; these are demons, and Christians work to drive them out.
Speaking new tongues: Many of us have learned new languages and can speak to new and more people, but we must also learn the language of dialogue and communication, and the language of affection and love. Christians announce the Good News. Christians speak a new language.
Some say that some do have the power literally to heal sick bodies, but most of us do not. What we can do is heal in other ways: we can listen, forgive, and advise. We can heal divisions, bring about peace, reconcile, and restore unity. Christians are a healing people.
No, we don’t drink arsenic with breakfast and keep pet rattlesnakes as signs of our faith, but driving out of evil and restoring goodness, breaking through barriers and accepting others, the healing of brokenness and the defense of life are indeed signs that accompany those who believe.